Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con deslumbrante maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un https://donnammyk213332.blogsuperapp.com/39115244/la-última-jugada-de-zidane-su-cabezazo-histórico